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Acerca de Nosotros

Mensaje del equipo Ministerial

Bienvenido a la Familia de Iglesias del Nuevo Pacto 

A través de la historia Dios ha elegido deleitarse en un pueblo que simplemente le cree a Él y cree que Él hará lo que ha dicho que hará. En la Familia de Iglesias del Nuevo Pacto somos ese pueblo.


Nuestra dinámica eclesiástica es creer que el propósito de cada hombre, mujer, y niño es glorificar a Dios, y gozar de Él para siempre. Estamos comprometidos con tal propósito y proveemos reuniones y ministerios que sirven y equipan al pueblo de Dios en el fiel vivir.

 

Conforme conozcas más de nosotros, nuestra esperanza es que seas motivado en avanzar para conocer más del Señor. Si tú ya conoces a Cristo como Señor y Salvador, confiamos en que tu fe se fortalecerá al ser testigo de nuestra fe, movido a la acción desde estas líneas. En todo caso, te invitamos a unirte a nosotros conforme nos congregamos los Domingos por la mañana para celebrar a Cristo. Dios te bendiga.
 

 

Declaración de Fe

Declaración de Fe

El Evangelio

Creemos – en un evangelio que glorifica a Dios, centrado en Cristo, empoderado por el Espíritu.

 

Las Sagradas Escrituras

Creemos – que nuestro esfuerzo en la vida y en la muerte es glorificar a Dios y disfrutar de Él para siempre.  Dios nos enseña cómo glorificarle en Su Palabra; la Biblia.  La Biblia es dada por medio de la infalible inspiración del Espíritu Santo para que podamos conocer con certeza lo que debemos creer en cuanto a Él y también conocer lo que requiere de nosotros.

 

Dios y su naturaleza

Creemos – que Dios es Espíritu, infinito, eterno e incomparable en todo lo que Él es; un Dios en tres personas, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, nuestro Creador, nuestro Redentor, el que nos santifica; y podemos poner nuestra confianza en su poder, sabiduría, justicia, bondad y verdad.

 

La Creación

Creemos – que los cielos y la tierra, y todo lo que en ellos hay, son obra de las manos de Dios; y todo lo que ha hecho lo dirige y gobierna en todas sus acciones; a manera de que cumplan el propósito para el que fueron creadas.  Los que confiamos en Él no seremos avergonzados, sino que podemos descansar seguros en la protección de Su amor omnipotente.

 

El Hombre

Creemos – que Dios creó al hombre conforme a Su semejanza, en conocimiento, justicia y santidad; debido a que el hombre fue creado a la imagen de Dios, cada persona, nacida y aún no nacida, es preciosa a los ojos de Dios y por lo tanto tiene el derecho a vivir, al amor y dignidad.

 

El Pacto

Creemos – que Dios entró en un pacto de vida con el primer Adán, con la única condición de la obediencia que le correspondía.  Pecando intencionalmente en contra de Dios, Adán cayó en el pecado y en la miseria.  Creemos que, habiendo caído en Adán, nuestro primer padre, somos por naturaleza hijos de ira, bajo la condenación de Dios y totalmente corrompidos en cada aspecto de nuestro ser, inclinados al mal y sujetos a muerte eterna.  Junto con la Creación, nosotros no podemos ser liberados de este terrible estado excepto a través de gracia inmerecida de parte de Dios, nuestro único medio de salvación.

 

Creemos – que Dios no abandonó al mundo para que este perezca en su pecado, sino que por el gran amor con el que lo ha amado, desde la eternidad pasada ha elegido bondadosamente para sí una multitud que ningún hombre puede contar, para liberarlos de su pecado y su miseria, y a través de ellos restaurar de nuevo, en este mundo y en su historia, Su reino de justicia.

 

Jesús y su obra

Creemos – que Dios ha redimido para sí mismo a través de Jesucristo nuestro Señor; quien, Él era y por siempre continuará siendo el Hijo eterno de Dios, sin embargo, fue concebido por el Espíritu Santo, nacido de la Virgen María y se hizo hombre.  Él nació bajo la ley, para redimir a los que están bajo la ley.  Creemos que Jesús cargó con la pena de nuestros pecados en su propio cuerpo en la cruz, y cumplió en su propia persona con la obediencia que nosotros debíamos a la justicia de Dios.  Jesús nos ha presentado a Su Padre como su posesión comprada, para la alabanza de Su gracia por siempre; de tal manera que, renunciando a todo mérito propio, ponemos por completo toda nuestra confianza en la sangre y la justicia de Jesucristo nuestro Redentor.

 

Creemos – que Jesucristo nuestro redentor, quien murió por nuestras ofensas, resucitó para nuestra justificación y ascendió a los cielos, en donde está sentado a la diestra del Padre Todopoderoso, haciendo continua intercesión por Su pueblo y desde allí gobierna todo el mundo como cabeza de todas las cosas para su Iglesia.  No debemos temer al mal, debemos saber sin duda alguna que nada puede sacarnos de su mano o separarnos de su amor.

 

El Espíritu Santo y su obra

Creemos – que la redención asegurada por el Señor Jesucristo es aplicada efectivamente a todo Su pueblo por medio del Espíritu Santo quien a venido a morar en nosotros como vasos de barro.  El Espíritu Santo nos une con Cristo, nos renueva en el hombre completo a la imagen de Dios y nos habilita para morir más y más al pecado y vivir en la justicia.  El Espíritu Santo es el agente por medio de quien el pueblo de Dios alcanzará la estatura de la plenitud que pertenece a Cristo.

 

Creemos – que los dones del Espíritu Santo y el fruto del Espíritu Santo están disponibles para todos en el pueblo de Dios como parte del llamado a ser portadores de su imagen. El Espíritu Santo está actualmente activo en la Iglesia dando una variedad de dones espirituales para redimir hombres y mujeres y así el cuerpo de Cristo sea motivado, confortado, edificado y equipado para el trabajo en el mandato del Rey de restauración.  El Espíritu Santo está activo en el mundo caído sanando, liberando y restaurando a través de la comunidad del pacto.

 

Creemos – que habiendo sido perdonados y aceptados por el amor de Cristo, se requiere del pueblo de Dios caminar en el Espíritu cumpliendo con la obediencia que debemos a Cristo nuestro Rey; cumpliendo fielmente todos los deberes que se nos han impuesto por la Palabra de Dios, la Biblia.  

 

La Confesión de Fe de Westminster

Creemos – que la Biblia es nuestra única regla de fe y práctica.  Creemos que Dios le ha dado a la Iglesia la Confesión de Fe de Westminster junto a sus Catecismos Mayor y menor como exposiciones estándar de las enseñanzas de las Escrituras en relación con la fe y la práctica.  

 

Las Buenas Obras

Cristo Jesús, nuestro líder, quien murió por nosotros, nos ha concedido Su Espíritu Santo, Él es nuestro modelo y nuestro ejemplo perfecto para que hagamos buenas obras las cuales Dios ha preparado de antemano para que andemos en ellas, para Su gloria.

 

La Iglesia y sus ministerios

Creemos – que Dios ha establecido Su Iglesia en el mundo y ha nombrado en ella Apóstoles, Profetas, Evangelistas, Pastores, Ancianos y Maestros como autoridades espirituales para la edificación del cuerpo de Cristo.  Mediante el ministerio de la Palabra, la Oración, la Disciplina Eclesiástica, y las Santas ordenanzas del bautismo en agua y la Santa Cena, las riquezas de su gracia en el Evangelio puedan ser conocidas por el mundo y, por la bendición de Cristo y la obra de Su Espíritu en ellas para que por fe reciban, los beneficios de la redención y estos puedan ser comunicados a su pueblo.  Creemos que el deber de cada creyente que es miembro del cuerpo de Cristo es fijar sus ojos en Jesús, buscar primero el reino de Dios y su impregnación en todos los aspectos de la vida en la tierra, experimentar y practicar el pacto, y servir al mandato del Rey de restauración hasta que todos los enemigos de Cristo sean puestos por estrado de sus pies.  Las responsabilidades del cuerpo de Cristo pueden ser cumplidas por medio de atender con diligencia los medios de gracia, preparación, y oración, para que a través de estos los cristianos sean instruidos y fortalecidos en la fe para llevar este evangelio y comunicar estos medios de gracia a todo el mundo.

 

Creemos – que la meta del ministerio de la Iglesia es presentar a cada persona completa en Cristo.  De tal manera que aquellos que portan la imagen de Cristo se caractericen por pensar bíblicamente, hablando con valentía y llevando vidas responsables de acuerdo a la Escritura.

 

El Retorno de Cristo

Creemos – que Jesucristo regresará a la tierra en forma corporal a derrotar al último enemigo de Cristo y su Iglesia; la muerte.  El retorno de Cristo sucederá después de que la Iglesia haya derrotado a todos los enemigos de Cristo y haya ejercido el dominio de Cristo sobre la tierra como lo es en el cielo, por medio de hacer discípulos a todas las naciones y enseñándoles todo aquello que Cristo enseñó.  Al retorno de Jesucristo y al derrotar al último enemigo, la muerte, Cristo juzgará al mundo en justicia y asignará a cada uno su recompensa eterna; vida eterna para aquellos quienes han sido reconocidos justos y castigo eterno para todos los demás.  Cuando Cristo retorne en majestad, los redimidos serán resucitados en gloria y perfectamente bendecidos en el pleno disfrute de los cielos nuevos y tierra nueva por toda la eternidad.

Nuestros Distintivos

Nuestros Distintivos

La Familia de Iglesias del Nuevo Pacto es una iglesia que nace en St Louis,  MO – USA, en la década de 1970 por el avivamiento carismático.  Hoy por hoy la iglesia tiene ministerios en la comunidad local, y en las regiones más allá del noroeste de India y Zambia, África Central y Centroamérica (Guatemala).  

 

En esta Iglesia del Nuevo Pacto Guatemala se nos puede describir como reformados en doctrina en donde apasionadamente nos suscribimos a las Cinco Solas del tiempo de la reforma protestante en el siglo XVI: Sola Scriptura, Sola Gratia, Sola Fide, Solus Christus y Soli Deo Gloria.  Eso significa: Solo la Escritura, Solo la Gracia, a través de la Fe Sola, Solo Cristo y Solo a Dios la Gloria.

 

El Catecismo menor del siglo XVII dice: “Los medios externos y ordinarios por los cuales Cristo nos comunica los beneficios de la redención son, sus ordenanzas, y especialmente la Palabra, los sacramentos y la oración; todos los cuales son hechos eficaces son hechos eficaces para aquellos que han sido elegidos para la salvación.” (Catecismo menor – CFW 88).

 

En Iglesia del Nuevo Pacto Guatemala damos a estos medios externos y ordinarios un valor significativo en nuestras reuniones de Domingo para que seamos edificados en la fe y para que estemos seguros de nuestra plenitud en Cristo.

 

Adoración Reverente

En nuestra reunión de Domingo nos congregamos como un hombre nuevo para adorar al Señor Jesucristo con canciones de alabanza y acción de gracias.  Durante el tiempo de adoración corporativa hay oportunidad para el ministrar los dones del Espíritu, según 1 Corintios 14 para el bienestar y la madurez de toda la comunidad de los creyentes.

 

La Oración

Filipenses 4:6 “Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias.”  Durante la reunión de Domingo se otorga un tiempo para que la oración sea ofrecida y escuchada.  C.H. Spurgeon dijo: “Necesitamos ser liberados de concepción estrecha que tengamos acerca de Dios, y deseos limitados en la oración, para que podamos pedir al infinito Dios con la capacidad adecuada del alma, y así podamos recibir gracia sobre gracia, y ser llenos de toda la plenitud de Dios.”

 

Comunión – Santa Cena

En la habitación de arriba, previo a su juicio y ejecución, Jesús tomó la copa y dijo, “porque esto es mi sangre del nuevo pacto, que por muchos es derramada para remisión de los pecados.” (Mat 26:28).  Celebramos la comida y la bebida de la comunión cada Día del Señor en Iglesia del Nuevo Pacto Guatemala, para ser partícipes del cuerpo y la sangre de Cristo, con todos sus beneficios, para nuestro alimento espiritual y crecimiento en la gracia (Catecismo menor – CFW 96).

 

Predicación Centrada en Cristo

El Catecismo menor de la Confesión de Fe de Westminster (89) dice: “El Espíritu de Dios hace que la lectura, y, más especialmente, la predicación de la Palabra, sean medios eficaces de convencer y de convertir a los pecadores, y de edificarlos en santidad y consuelo, por medio de la fe, para la salvación.”  Cada reunión de Domingo tenemos un mensaje centrado en Cristo provisto por uno de los ministros en Iglesia del Nuevo Pacto Guatemala.  Ven y únete a nosotros para escuchar acerca de Cristo y sobre toda la plenitud de la nueva creación que puede ser tuya en Cristo.

Credos y Confesiones

Credo de los Apóstoles

“Creo en Dios Padre Todopoderoso,

Creador del cielo y de la tierra;

y en Jesucristo, su único Hijo, Señor nuestro;

que fue concebido del Espíritu Santo,

nació de la virgen María,

padeció bajo el poder de Poncio Pilatos;

fue crucificado, muerto y sepultado;

descendió a los infiernos;

al tercer día resucitó de entre los muertos;

subió al cielo, y está sentado a la diestra de Dios Padre Todopoderoso;

y desde allí vendrá al fin del mundo a juzgar a los vivos y a los muertos.

 

Creo en el Espíritu Santo,

la Santa Iglesia Universal,

la comunión de los santos,

el perdón de los pecados,

la resurrección de la carne

y la vida perdurable. Amén.”

 

Credo de Nicea

“Creemos en un Dios Padre Todopoderoso, hacedor de todas las cosas visibles e invisibles.

Y en un Señor Jesucristo, el Hijo de Dios:

engendrado como el Unigénito del Padre, es decir,

de la substancia del Padre, Dios de Dios;

luz de luz; Dios verdadero de Dios verdadero;

engendrado, no hecho; consubstancial al Padre;

mediante el cual todas las cosas fueron hechas,

tanto las que están en los cielos como las que están en la tierra;

quien para nosotros los humanos y para nuestra salvación descendió y se hizo carne,

se hizo humano, y sufrió, y resucitó al tercer día,

y vendrá a juzgar a los vivos y a los muertos.

Y en el Espíritu Santo.


A quienes digan, pues, que hubo cuando el Hijo de Dios no existía,

y que antes de ser engendrado no existía,

y que fue hecho de las cosas que no son,

o que fue formado de otra substancia o esencia,

o que es una criatura, o que es mutable o variable,

a éstos anatematiza la iglesia católica.”

Credo Atanasio

“Quien quiera ser salvo debe sobre todo asirse de la fe universal.

 

Quien no la observe en su totalidad y sin violarla, sin duda perecerá por la eternidad.

 

Ahora bien, esta es la fe universal:

Adoramos un Dios en Trinidad y la Trinidad en unidad,

sin confundir las personas ni dividir el ser divino.

 

Porque el Padre es una persona,

el Hijo otra, y el Espíritu es también otra.

 

Pero la deidad del Padre, Hijo y Espíritu Santo es una,

igual en gloria, coeterna en majestad.

Lo que es el Padre, es el Hijo y también lo es el Espíritu Santo.

 

El Padre es increado; el Hijo es increado; el Espíritu es increado.

El Padre es infinito; el Hijo es infinito; el Espíritu Santo es infinito.

 

El Padre es eterno; el Hijo es eterno; el Espíritu es eterno:

Y sin embargo, no hay tres seres eternos,

pero uno que es eterno; así como no hay tres seres increados e ilimitados,

sino uno que es increado e ilimitado.

 

El Padre es todopoderoso; el Hijo es todopoderoso; el Espíritu es todopoderoso:

Y sin embargo, no hay tres seres todopoderosos sino uno que es todopoderoso.

 

Así, el Padre es Dios; el Hijo es Dios; el Espíritu Santo es Dios:

Y sin embargo no hay tres dioses sino un Dios.

 

Así el Padre es Señor; el Hijo es Señor; el Espíritu Santo es Señor:

Y sin embargo no hay tres señores, sino un Señor.

 

Como la verdad Cristiana nos compele a reconocer

cada persona en particular como Dios y Señor,

así la religión universal nos prohíbe decir que hay tres dioses o señores.

 

El Padre no fue hecho, creado o engendrado;

el Hijo tampoco fue hecho o creado,

pero sí fue engendrado por el Padre;

el Espíritu tampoco fue hecho o creado,

pero procede del Padre y del Hijo.

 

Así, hay un Padre, no tres padres;

un Hijo, no tres hijos; un Espíritu Santo, no tres espíritus.

 

Y en esta Trinidad, ninguno es antes o después,

mayor o menor que el otro;

sino que las tres personas son, en sí mismas, coeternas y co-­iguales;

y por ello debemos adorar la Trinidad en unidad y al único Dios en tres personas.

 

Así es como debe pensar acerca de la Trinidad quien quiera ser salvo.

 

Es necesario para la salvación eterna

que la persona también crea fielmente

que nuestro Señor Jesucristo se hizo carne.

 

Porque esta es la verdadera fe que creemos y confesamos:

Que nuestro Señor Jesucristo, el Hijo de Dios, es Dios y hombre.

 

Él es Dios, engendrado antes de todos los mundos del ser del Padre,

y él es hombre, nacido en el mundo del ser de su madre –existe plenamente como Dios,

y plenamente como hombre,

con un alma racional y un cuerpo humano;

igual al Padre en divinidad, subordinado al Padre en humanidad.

 

Aunque él es Dios y hombre, no está dividido, sino que es un Cristo.

 

Él está unido porque Dios ha tomado en sí mismo la humanidad;

no ha transformado la divinidad en humanidad.

 

Él es completamente uno en la unidad de su persona,

sin confusión de sus naturalezas.

Pues así como el alma racional y el cuerpo son una persona,

así el Cristo es Dios y hombre.

 

Él sufrió la muerte por nuestra salvación.

Él descendió al infierno y se levantó de nuevo de la muerte.

Él ascendió al cielo y está sentado a la diestra del Padre.

Él vendrá de nuevo a juzgar a los vivos y a los muertos.

 

En su venida, toda la gente se levantará corporalmente para dar cuentas de sus obras.

Los que han hecho el bien, entrarán a la vida eterna,

los que han hecho el mal, entrarán al fuego eterno.

 

Esta es la fe universal.

 

Uno no puede ser salvo sin creer en esto con firmeza y fidelidad.”

 

Haz click en la flecha para leer la Confesión de Westminster

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